El primer contacto de un potencial lector con un libro es la portada. Por eso se insiste tanto en que esta debe ser lo más atractiva posible. Los libros, como la comida, a menudo nos entran por los ojos. Y ¿qué es lo que aparece en la portada? Usualmente incluye el título, subtítulo y nombre del autor, pero también ciertas imágenes o diseños que evocan o describen la materia de la que trata la obra. Hablando estrictamente del campo de la no ficción, y desde el punto de vista de alguien que no domina las artes gráficas, hacer una buena portada no es nada fácil.
Las variables del título, subtítulo y diseño son importantes, pero tampoco decisivas. Muchas veces hay que mantener un difícil equilibrio entre lo que es el contenido del libro y la mercadotecnia. Hay que ser coherentes con el tema tratado, pero también buscar atrapar el interés de los lectores y considerar posibles palabras clave que vayan a ayudarnos a posicionarnos bien en las librerías online. Pongamos por caso mi último libro, Los frutos amargos del Movimiento de Raíces Hebreas. Un llamamiento a la cordura.
El responsable del diseño (portada y contraportada) no soy yo, sino una diseñadora profesional. Sin embargo, como escritor autoeditado, sí me ocupo personalmente del título y subtítulo. Era más que obvio que raíces hebreas tenía que aparecer, sí o sí. Por otro lado, quería transmitir la idea de que en ese movimiento no es oro todo lo que reluce, y que los resultados dejan bastante que desear (de ahí lo de frutos amargos). Por último, con el subtítulo pretendía dar a entender que la obra no es una crítica sin más, sino que tiene un carácter conciliador y aspira a encontrar un punto de equilibrio.
Si la portada consigue plasmar o no todo eso es discutible. Para algunos resultará esclarecedora y otros se quedarán con la primera impresión (probablemente sin reparar ni siquiera en el subtítulo). En cualquier caso, el consejo de no juzgar un libro por su portada sigue siendo válido.
Afortunadamente, tanto la contraportada como la amplia descripción y la previsualización de algunas secciones del libro (incluido el índice) que se ofrecen en Amazon, permiten confirmar o desmentir esa primera impresión que pueda haber causado la portada. Luego ya depende de cada cual tomar o no la decisión de adquirir la obra. Sin embargo, nadie podrá decir que no hay suficientes elementos disponibles para hacerse una idea bastante acertada sobre el libro. Otra cosa es que alguien ni siquiera se tome la molestia de ir más allá de la primera impresión. Y ahí es donde hay que recordar, una vez más, que nunca se debe juzgar un libro por su portada.